Al contrario de lo que encontramos al respecto, la plata pura al 99,9% se puede trabajar a pesar de su maleabilidad. Es incluso esta cualidad la que buscan los artesanos Karen para poder dar forma a estas joyas, totalmente a mano.
Ricas en conocimientos milenarios, perpetúan técnicas cada vez más raras en nuestro mundo industrializado.
Los artesanos Karen mantienen la tradición y trabajan con plata pura al 99,9%, sin mezclar (no hablamos del 100% porque siempre quedan pequeñas impurezas). De hecho, esto es raro. Las joyas de plata que se suelen encontrar en el mercado son un 92,5% de plata, siendo el resto otro metal como el cobre.
Gracias a la pureza de la plata se facilita el trabajo manual. Las joyas se elaboran sin moldear: el material se estira, se aplana, se corta, se martilla, se retuerce, se suelda, etc. Los numerosos trenzados y tejidos de alambres o tiras de plata pura son característicos de esta magnífica artesanía.
Para darle más resistencia a una joya, sólo necesita suficiente espesor. Ciertas formas también proporcionan más rigidez. Por otro lado, las piezas muy refinadas, como los tallos grandes de los pendientes ( pendientes Hmong, por ejemplo), deberán manipularse con más cuidado.
Por eso los artesanos karen no fabrican joyas de plata muy, muy finas, porque se deformarían con demasiada facilidad.
Gracias a estas técnicas artesanales y a la pureza del material, cada pieza de joyería lleva la huella única de quien la realizó.