Nacido en Buenos Aires, creció arrullado por las mil y una historias de su padre aventurero, arqueólogo, mitad pirata, mitad mercenario. A los 18 años decidió salir a descubrir el mundo, rumbo a Senegal (en 1995), a bordo de un coche de dos caballos, pasando por Mauritania, 6 meses en el norte de la India y, de paso, el descubrimiento de Tailandia. confirma sus aspiraciones. A partir de ahora trabajará para viajar.

En 2001, vendía tejidos provenzales en la antigua Niza cuando conoció a Isabelle.

A partir de 2003, Isabelle dejó la pintura y siguió a Léonel.

Juntos descubren Nepal, Birmania, Laos y siempre Tailandia, fuera de los caminos habituales. Cultura, historia, gastronomía, paisajes, gentes, etnias... Todo les fascina.

Empezaron vendiendo ropa de algodón, lino y cáñamo, hiladas y tejidas a mano (en Issan, provincia rural del noreste de Tailandia), en los mercados del sur de Francia durante el verano, donde vivían en una caravana desde hace unos años. . Cada vez más fascinados por la artesanía y la cultura de las etnias del norte, una reunión les habló de las joyas de plata pura, realizadas por artesanos de la tribu Karen, en un pueblo a 100 km de Chiang Mai. Luego descubren magníficas reproducciones de joyas tradicionales de las etnias del triángulo de oro. Es un flechazo .